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Liberamos a un búho Ñacurutú y dos culebras narigudas en la Reserva de Mar Chiquita

  • Las tres especies llegaron al Parque de la Biodiversidad y fueron trasladadas a la Reserva de Mar Chiquita.

Desde el Parque de la Biodiversidad y conjuntamente con el Ministerio de Ambiente y Centro de Zoología Aplicada de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) , liberamos a un Búho Ñacurutú y dos culebras narigudas en la Reserva de Mar Chiquita. 

El Búho Ñacurutú (Bubo virginianus) es una subespecie que está extendida por Sudamérica. Habita en zonas más abiertas, en lugares templados de toda Sudamérica desde Venezuela hasta el centro-este de Argentina. Algunos científicos consideran al gran búho cornudo de Sudamérica como una especie propia (Bubo nacurutu), con varias subespecies distribuidas por Sudamérica.

Esta especie tiene ojos amarillos grandes, es de color pardo grisáceo oscuro manchado, ventral más claro, barrado y tiene la garganta y el babero blancos. Sus plumas son alargadas y grandes en la cabeza (“auriculares”). La corona, el cuello posterior y el dorso superior, es de tonalidad ocre manchado de pardo oscuro. El resto de la parte dorsal y cubiertas alares son de color pardo y ocre, vermiculado de blanquecino. La cara ocre es blanquecina con banda oscura a los lados y las alas y cola ocre oscuro con bandas pardas.

Por otra parte, el Ñacurutú es un ave de presa nocturna. Por su pico corto y muy curvo, y por sus patas dotadas de fuertes garras, son verdaderas rapaces y poseen una vista muy desarrollada.

La culebra nariguda es fácilmente distinguible de toda otra especie del género por su rostral “fragmentada” fuertemente sobresaliente. Su tamaño es grande, superando generalmente 1 metro y llegando a 1500 mm o más, con cola no inferior a 1/4 de la longitud total. Su cabeza muy alargada, lateralmente algo comprimida con hocico prominente, en el cual se destaca la inusual rostral puntiaguda. Y sus ojos son relativamente grandes, con iris dorado y pupila circular.

Su color es verde oliváceo más o menos vivo, con raya angosta vertebral de manchas oscuras y una línea lateral negruzca originadas en la punta del hocico, franja vertebral de manchitas negras que apareadas ocupan cada una la mitad de una escama, y banda lateral confusa.

La culebra es considerada un ofidio arborícola, pero se encuentra aún en ambientes de roquedales graníticos, bajo lajas o en pajonales abiertos hasta la proximidad de los salares. Como los congéneres es cazadora de pichones de aves, lagartijas, ocasionalmente anfibios. “Es muy agresiva e irascible, ataca enérgicamente si es molestada, pero no se tiene referencia ciertas sobre accidentes serios provocados por sus mordedurash”, señaló Daniel Villarreal del Centro de Rescate Animal del Parque de la Biodiversidad. 

El ñacurutu estaba en este espacio y viendo que mantenía conductas naturales y de silvestria se comenzó un proceso que culminó en su rehabilitación para su liberación. “En el caso de las culebras narigudas llegaron por decomisos de patrulla ambiental al serpentario del Centro de Zoología Aplicada de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC y luego de un trabajo en conjunto están listas para su vuelta a la naturaleza”, precisó Villarreal. 

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