Se plantarán 39 árboles de las especies nativas cina cina, espinillos, sen del campo y…
La experiencia de las huertas y composteras urbanas de la mano de sus protagonistas
Desde el área de Alimentación Saludable y Soberanía Alimentaria del Ente Municipal BioCórdoba se vienen desarrollando talleres de organopónica para huertos urbanos en distintos espacios de la ciudad de Córdoba.
Estas capacitaciones promueven la agricultura regenerativa, un enfoque innovador para la producción de alimentos saludables que se basa en la regeneración de la fertilidad del suelo. Para ello, se utilizan prácticas sostenibles como la rotación de cultivos, la cobertura del suelo y el uso de abonos orgánicos.
La rotación de cultivos consiste en cambiar los que se plantan en un espacio determinado cada año. Esta práctica sostenible ayuda a mantener una variedad de nutrientes en el suelo y a prevenir la pérdida de suelos debido a los monocultivos.
Cabe señalar que no todas las plantas se comportan de igual manera en el suelo. “Todas las especies tienen “preferencias” para extraer algún nutriente en particular y algunas, incluso, pueden mejorar la fertilidad de la tierra”, señala Gastón Barquinero, del área de Agroecología y Soberanía Alimentaria de BioCórdoba.
Katherine Quinteros de barrio El Milagro participó en una de las capacitaciones de BioCórdoba y explica: “Nosotros comenzamos a hacer los cultivos en los cajones huerteros, los dividimos a la mitad y allí empezamos a trasplantar algunos como cebolla de verdeo, cebolla de cabeza. Además uno de los cajones lo usamos para almácigos de tomates y perejil”.
La vecina además agrega que el desafío es plantar cultivos de primavera y verano para ver cómo funcionan los cajones hasta tener un espacio físico para trabajar la tierra.
“Nosotros tenemos el compost, incorporamos varias formas de hidratar la tierra y las capacitaciones que nos dan en BioCórdoba nos sirven un montón”, añade Quinteros.
A su turno, Morena Monsalvo de barrio 12 de setiembre, también comenta que los principales problemas que tuvieron a la hora de empezar con la huerta fue que la tierra era muy dura. “Tuvimos que abonar bastante, le pusimos aserrín, guano de caballo e hicimos compostaje en el suelo para poder trabajar la tierra que nunca se había utilizado para huertas, era una tierra bastante compactada y no tenía muchos nutrientes”, señala.
Otro de los inconvenientes que tuvieron que sortear fue la presencia de hormigas, los primeros plantines que trasplantaron no duraron nada porque se los comieron. “No alcanzaban a brotar que las hormigas se lo llevaban. Renegamos bastante con ellas, después empezamos a echarle granos de arroz, así fue que disminuyeron bastante y después vino la temporada otoño invierno y sembramos a full”, añade Monsalvo.
La vecina reconoce que los talleres estuvieron muy interesantes. “Ahora tenemos más herramientas y conocimientos para preparar los cajones, la tierra, las cantidades y las proporciones, la función de los nutrientes y demás, fue muy útil para nosotros”, considera.
Por su parte, Lourdes Melgarejo de barrio Hogar 175, también añade: “Los principales inconvenientes que tuvimos para plantar las semillas era saber si suelo era apto o no para plantar, si tenía los nutrientes que requería y si absorbía bien el agua, si el suelo estaba muy seco o muy húmedo”.
Esas preguntas las fueron resolviendo a través de las capacitaciones, videos y folletos que vimos. “Cuándo nos vienen a colaborar en forma presencial aprendemos muchísimo y nos ayudan mucho en nuestro proceso. Esto nos pasó cuando participamos en el taller que dieron desde BioCórdoba, porque aprendimos cómo armar los cajones, las medidas que tenían que tener, cómo colocar cada semilla, en qué momento hacerlo, entre otras cosas”, finaliza Melgarejo.
Frente a las problemáticas expuestas por las diferentes personas que se dedican a la producción en huertos urbanos relacionada a las superficies de suelo cultivables y la calidad del mismo, una solución que se promueve y capacita desde el ente BioCórdoba en los distintos talleres que realiza, es la adopción e implementación de producir bajo la técnica de organoponia. Esta técnica no solo es una solución práctica, sino que también tiene un impacto positivo en la calidad y cantidad de suelo disponible para la producción agrícola en áreas urbanas, promoviendo la autosuficiencia alimentaria y la resiliencia de las comunidades locales.
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